lunes, 16 de agosto de 2010

Déjame ver que hay para saborear esta vuelta, la carta no está siempre a tu alcance en los matutinos. Loco de pensar que se dispute el poder y la gloria y con el frío de un reino las almas congelar. Cuánta verdad, cuánta mentira y cuántas palabras, y todo ese motor para devastar tu inconsciente. Y en qué lugar habrá consuelo para mi locura, esta ironía con que se cura, si el final es en donde partí. Y a quién llamar, a quién golpearle la puerta tan tarde, con quien hablar cuando no hay nadie, si esta noche no puedo dormir. Déjame ver que hay para saborear esta vuelta. La verdad, la mentira y la mueca de tu ingenuidad, cuántas palabras se disputan el poder y la gloria y cuántas vidas se pierden en el frío de un reino mortal. Loco de pensar, queriendo entrar en razón y el corazón tiene razones que la propia razón nunca entenderá. Y a dónde voy, siempre voy a buscar lo que es mío, aunque el planeta termine en un círculo y el final es en donde partí. No llores más, dame la mano contame tu suerte de esta manera quizás no sea la muerte, la que nos logre apagar el dolor. Y en qué lugar habrá consuelo para mi locura esta ironía con que se cura, si el final es en donde partí. No llores más, dame la mano contame tu suerte de esta manera quizás no sea la muerte, la que nos logre apagar el dolor.

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