jueves, 15 de julio de 2010

No sé cuantas rosas te habrán regalado ya, pero tengo todavía la esperanza de saber que de todas esas rosas que te dieron, ninguna fue de papel. Y te condena mi celoso corazón cuando le contás tu historia, nunca conoció la gloria en cuestiones del amor. Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria, con acercarse a la victoria se conforma un perdedor. Y te tendré que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar, pero te digo, amor, hay que saber cuando parar. No te pongas triste, corazón, que el sol no va a brillar, quedate tranquila que va a haber tiempo para bailar. No sé cuantos ángeles te quieren ayudar pero tengo la esperanza que ninguno va a poder desnudarte, no de cuerpo sino de alma, disfrutar ese placer. Y la verdad no sé bien a qué tengo miedo, nunca fui mucho de apostar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario